Continuaba la guerra comenzada en 1340 entre Francia e Inglaterra en
1412, cuando el día 6 de febrero de este año, la admirable Juana hija de
Santiago Arco y de Isabel Romé, modestos labradores, nació en la aldea de
Domremy, al sud de Vaucouleurs en Lorena.
Después de Crecy, dio la reina, en virtud
de un tratado, con la mano de Catalina hija de Carlos VI la regencia de Francia
a Enrique V de Inglaterra.
El delfín, Carlos VII, entregado a los
placeres, sufrió derrota tras derrota.
Los ingleses
llegaron a sitiar Orleans.
Pero Dios, en sus
inescrutables designios suscita a la prodigiosa doncella de Domremy para
defender la patria.
Dulce y
apacible, y temerosa de Dios, Juana recibía con frecuencia los sacramentos, era devotísima de la
Virgen, amantísima de los pobres y se entregaba asiduamente a la oración.
A los 13 años de edad se le apareció un ángel resplandeciente de
luz y poco después el arcángel san Miguel que le mandó abandonar a sus padres y
aldea y presentarse al rey.
Le añadió que dejara
todo temor porque santa Catalina y santa Margarita no la desampararían un
punto.
Vencidas muchas dificultades, la recibió el
delfín en el castillo de Chinon donde oyó de sus labios que la destinaba Dios para salvar a Orleans y coronar al delfín en Reims.
La dejó Carlos hacer la prueba.
Juana vestida de
guerrero y arbolando el estandarte real, entusiasmó al ejército y puso en huida
a los ingleses que la miraron como una aparición sobrenatural.
Orleans, tomados por Juana
varios castillos y fortalezas, se vio libre en 1429 y el delfín fue coronado en
Reims el 27 de julio de este año.
Tomó Juana parte
en las batallas no haciendo uso de las armas, sino empuñando el estandarte,
limpió de rameras el ejército, hizo confesar y comulgar a los soldados y llevó
una vida purísima y angelical en el desenfreno del campamento.
Por traición fué entregada
en Compiégne a los borgoñones que, por dinero, la pusieron en manos de los
ingleses.
Padeció gravísimas injurias
y humillaciones durante el proceso que le hizo un tribunal eclesiástico vendido
a los ingleses que la declaró hereje, hechicera y escandalosa por vestir traje
varonil que sólo usaba para defender su pureza en su vida militar.
Relegada al brazo
seglar, fué condenada a la hoguera, en Rúan, en 1431.
Antes del suplicio
confesó y comulgó con gran fervor, hizo arbolar una cruz ante ella y protestó
que no reconocía más Iglesia que la de Jesucristo en la que el Papa es su vicario,
y pronunciando el nombre de Jesús expiró.
Apaciguadas las
discordias, Carlos VII ordenó la revisión del proceso, lo aceptó el papa
Calixto III y el 7 de julio de 1456 proclamó el tribunal legítimo la invalidez
de la sentencia y la inocencia de la víctima.
Alabaron su santidad sus coetáneos como el
canciller Juan Gerson, san Antonio de Florencia y el que después fué Pío II, la
proclamaron los inauditos honores que le tributaron los pueblos y la
ratificaron innumerables milagros.
León XIII
admitió la introducción de la causa el 27 de enero de 1894; fué beatificada en
la Dominica in albis de 1099 y solemnemente canonizada el 16 de mayo de 1920.
*
Reflexión:
Al ejemplo de tan prodigiosa doncella verás cuan santa y pía es la
obediencia a los mandatos de Dios por difíciles que sean, puesto que es Él
mismo, Él que manda y Él que da fuerzas para obedecer.
Oración:
Dios que
suscitaste a la bienaventurada virgen Juana para defender la fe y la patria, te
rogamos que, por intercesión de ella, vencidas las asechanzas de los enemigos,
goce tu Iglesia de perpetua paz. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
FLOS
SANCTORVM
DE
LA FAMILIA CRISTIANA.
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