Fué san Lino
italiano de nación y natural de la ciudad de Volterra, que es en la provincia
de Toscana; su padre se llamó Herculano, hombre noble y principal.
Estando en Roma y oyendo predicar al apóstol
san Pedro, le siguió y fué uno de los primeros discípulos que allí tuvo.
Vio el sagrado apóstol grandes prendas de virtud, letras y prudencia en Lino, y
se sirvió de él en la predicación y administración de los santos sacramentos; y
después le hizo como su coadjutor y ministro para todas las cosas a que él no
podía acudir, y todo lo preveía Lino con la dirección y autoridad de san Pedro,
con mucha prudencia y solicitud. Después del
martirio del glorioso apóstol san Pedro, le sucedió Lino en la cátedra
pontifical, y la tuvo once años, dos meses y veintitrés días, y así fué el
primer papa y vicario de Cristo, nuestro Señor, en la tierra, que inmediatamente
sucedió a san Pedro. Tuvo órdenes dos veces y ordenó quince obispos y
diez y ocho presbíteros. Mandó que las mujeres no
entrasen en la iglesia con las cabezas descubiertas, como lo tenía mandado san
Pedro y lo dejó escrito san Pablo. Escribió san Lino la historia de la
contienda que tuvo san Pedro con Simón, mago; pero no se halla. Escribió también dos libros del martirio de san Pedro y san
Pablo, que están en el séptimo tomo de la Biblioteca sanctorum; aunque
al cardenal Baronio le parece que están depravados y sembrados de algunos
errores, y no con la pureza y verdad que los escribió san Lino. La santidad de este glorioso sumo pontífice fué admirable,
e ilustrada con muchos y grandes milagros que por él obró el Señor.
Sanaba muchos enfermos, resucitaba los muertos, lanzaba los demonios de los
cuerpos. Y habiendo una vez librado del demonio a
una hija de Saturnino, cónsul, el desagradecido y malvado padre le mandó matar
por la fe de Cristo, nuestro Señor, dando mal por bien y maleficio por beneficio.
Su sagrado cuerpo fué enterrado en el Vaticano,
junto a su padre, maestro y predecesor san Pedro; y fué su martirio a 23 de septiembre,
en que la santa Iglesia celebra su fiesta, el año del Señor de 80, imperando
Vespasiano. Hace mención de san Lino el apóstol
san Pablo. Escriben de él los martirologios
romanos, el de Usuardo y de Adón, y el libro de los Romanos pontífices que anda
en nombre de Dámaso, y los demás que escriben las vidas de los sumos pontífices.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.
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