La memoria de la gloriosa santa Úrsula y sus compañeras vírgenes y mártires hallamos en un manuscrito muy antiguo que se conserva en el Vaticano.
En él se dice que santa Úrsula
nació en la Gran Bretaña donde la religión cristiana estaba ya muy floreciente,
y que fue hija de Dionot, rey de Cornouaille, y de Doria, princesa nada
inferior a su marido, ni en la nobleza de la sangre, ni en las cristianas
virtudes.
Uno de los generales de Máximo que
más se había distinguido en aquella expedición, era cristiano, y se llamaba
Conan: a éste hizo Máximo gobernador de la Armónica con título de duque, y él
puso su residencia en la ciudad de Nantes, dejando en el país gran parte de las
tropas que eran de bretones e ingleses.
Envió luego diputados al rey de
Cornouaille, pidiéndole a su hija la princesa Úrsula por mujer; y como casi
todos los oficiales y soldados eran también solteros, encargó a los diputados
que trajesen de la isla todas las doncellas que pudiesen para casarlas con
ellos.
Le pareció bien al padre de
Úrsula, casarla con aquel príncipe tan noble y cristiano, y habiendo recogido
gran número de doncellas, para formar aquella colonia que se llamó Bretaña
menor, salieron con viento próspero de Inglaterra.
Mas una tempestad arrojó toda la
escuadra hacia los mares del Norte, sobre las costas de la Galla Bélgica; y
habiéndose abrigado Úrsula y sus compañeras en el puerto de Tiel hacia la
embocadura del Rhin, siguiendo la corriente de este río, navegaron hasta
Colonia, teatro del glorioso triunfo.
Porque al saber el emperador Graciano el
desembarco de Máximo en las costas Galias, a falta de tropas con que hacerle
resistencia llamó en su socorro a los hunos, bárbaros de la antigua Marmacia,
que se habían derramado ya por toda Germania, y llegado por las márgenes del
Rhin hasta la Galia Bélgica.
Luego que
descubrieron navíos bretones se apoderaron de ellos, y quedaron sorprendidos al
ver en aquella flota una multitud tan grande de doncellas cristianas.
El general de los bárbaros quedó tan ciegamente prendado de Úrsula, que no perdonó medio para rendirla: pero la santa princesa le habló con tal resolución y majestad en nombre de todas sus compañeras, que mudada en furor la brutal pasión de aquellos bárbaros, se arrojaron espada en mano contra ellas: a unas atravesaron el pecho, a otras degollaron, a otras asaetearon, pasando todas a aumentar la Corte del Cordero de Dios, con la doble palma de la virginidad y del martirio.
Reflexión: Con el tiempo se fundó en la Iglesia una célebre
congregación de religiosas, bajo el nombre y la protección de santa Úrsula, y
por eso se llaman Ursulinas, las cuales entienden en la educación de las niñas,
inspirándoles una grande estima de todas las virtudes cristianas.
Procuren todas
las doncellas imitar en esta virtud a santa Úrsula y a sus compañeras mártires,
teniendo su pureza virginal en mayor aprecio que su propia vida, y
conservándola limpia de toda mancha.
Oración: Te suplicamos, Señor Dios nuestro, la gracia de venerar con incesante
devoción los triunfos de las santas vírgenes y mártires Úrsula y sus
compañeras, para que ya que no podemos honrarlas como merecen, les tributemos
al menos humildemente nuestros frecuentes obsequios. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
FLOS SANCTORVM
DE LA FAMILIA CRISTIANA
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